Ángel Caído Crónicas No. 0

Cuando un cómics nuevo ronda las calles, las especulaciones están a la orden del día: ¿Qué tal estará?, ¿Valdrá la pena comprarlo?, ¿La historia es buena? etc.…

Pero en el caso de un producto nacional, lo primero en surgir son envidias tan caladoras como el sol en el desierto del Sahara, pues nunca faltan los envidiosos que critican a diestra y siniestra el esfuerzo de otros. Dicen:

­– ¡Está muy feo!, yo pude haberlo hecho mejor

– El dibujo está horrible.

– Es nacional, mejor ni lo compres.

Y mil y un cosas más…

El punto es que para apreciar un cómic intervienen 3 factores. El primero de ellos es el dibujo, el cual logra captar la atención del público desde el momento en que ven la portada. El segundo es la trama, el desarrollo de la historia y sobretodo la narrativa visual. Y tercero, el enfoque que adquiera el cómic conjugando los elementos antes descritos, todo se mezcla y al final eso será lo que nos provoque el deseo de seguir leyendo la serie.

Ahora bien, cuando un proyecto nuevo es anunciado con bombo y platillo se espera que el producto final cumpla con cierto nivel de calidad… y desafortunadamente eso no ocurrió con Ángel Caído Crónicas.

El número 0 ciertamente es difícil de digerir a simple vista, se ve burdo y sin una dirección clara. Lo hojeamos, buscamos algo que nos llame la atención, lo cerramos, vemos la portada vez más y de nuevo lo abrimos ahora sí para leerlo. La trama dice más o menos lo siguiente:

Arel y Angus siguen el plan divino, el padre les ha encomendado recolectar tierra para un propósito que ellos desconocen. Siguen las órdenes tal como se les ha dicho, pero ¿por qué han de recoger simple tierra?. Angus parece dudar del designio y cuestiona a Arel sobre la encomienda, sin embargo él se muestra firme ante la orden. Los dos son buenos amigos y juegan un rato para amenizar un poco el viaje de regreso, en eso, su maestro Luzbel aparece ante ellos regañándolos por su fallo, Angus lo enfrenta alegando la humillación a la cuál han sido designados, razón por la cuál su maestro los castiga. Deprimidos, los dos ángeles deambulan cerca del portal, Angus se siente mal por haber arrastrado a su amigo a tan penosa situación pero de repente su suerte cambia al ayudar inesperadamente al maestro Gabriel; quien en agradecimiento les permite asistir a la ceremonia, a la cual Luzbel les negó el acceso.

Todos aquellos cuya encomienda fue cumplida están reunidos ante el trono del padre, la voz de Metatrón se escucha al unísono y el plan maestro es revelado. Angus deposita en el suelo la tierra que yace en su mano, y esta poco a poco comienza a cobrar forma dando vida a pequeñas criaturas que maravillan a todos en los cielos.

Ahora el plan está completo, las siete especies recién creadas decidirán el destino de la creación. Metatrón explica el propósito de todo lo hecho y al mismo tiempo alguien parece ignorarlo, alguien que no está de acuerdo con el mandato divino pues no está dispuesto a someterse a lo que el padre ha ordenado; su nombre es Luzbel.

El ángel rebelde discute con Miguel, quien por todos los medios trata de hacer entrar en razón a su hermano, pero Luzbel no escucha y desata su furia contra los suyos. El resultado de este encuentro deja al rebelde noqueado y tras una reunión se decide que será exiliado al mundo que él mismo creó: Valkos el planeta de fuego.

Uriel se encargará de vigilar al prisionero, pero él a su vez le encomendó a un fiero guerrero ayudarlo en semejante empresa, su nombre es Atalus, un poderoso ángel que está de acuerdo con Luzbel.

¿Cómo lo ven, apoco no está interesante la historia? Los invito a que por un momento hagan de lado sus prejuicios y le den una oportunidad a esta obra. O bueno, por lo menos a este ejemplar.